El ser incomunicado es una especie en extinción más amenazada que el lince ibérico. Si hacemos el ejercicio de, entre amigos, familiares y compañeros de trabajo, pensar en alguien que no esté presente en ninguna red social, seguramente tendríamos que dar un rodeo hasta encontrar tan excepcional caso, si es que lo encontramos.

La Sociedad de la Información avanza insondable con sus comunicativos caprichos, cambiando prácticamente por completo el comportamiento entre usuario y cliente final, quienes tienen muchas más ventanas a través de las cuales establecer conexión, y diferentes opciones en forma de redes sociales para prolongar su relación.

Este nuevo paradigma -de acuerdo, ya no tan nuevo- pone a las empresas en la situación de tener que elegir entre prolongar la vida dando el salto al mundo online o quedar irremediablemente cada vez más olvidadas en el caduco analógico. Seguro que habrás escuchado alguna vez el tópico “por suerte o por desgracia”, especialmente al inicio de un análisis. Pues bien, primera regla para entrar con buen pie en lo online: ver el vaso medio lleno -por seguir con las frases hechas-.

Dar el salto a las redes sociales es una oportunidad para mejorar imagen, fidelizar clientes y contactar con nuevos, pero, precisamente por el amplio abanico de posibilidades que ofrece, no ha de ser desmerecido. Dejar la comunicación de tu empresa en manos de profesionales es siempre una opción a considerar, pues es tu reputación la que está en juego, y las redes sociales no son sino un ladrillo más en la pared, que diría Pink Floyd.

¿Qué podemos hacer para impulsar tu marca?

Tu comunicación online va a basarse en varios apoyos, pilares a un todo que es tu empresa. Lo inicial es ser localizable a través de tu página web, el primero de los siete pilares básicos: página web, posicionamiento SEO, campañas de AdWords, redes sociales, diseño gráfico, blog corporativo y e-mail marketing.

Pero la página web no basta solo con tenerla. Se antoja fundamental contar con un diseño acorde al siglo XXI, que al entrar el primer vistazo dé esa buena impresión sin la cual uno no indaga más allá de la ‘home’. Superada esa primera barrera visual con que el usuario concede dedicarte unos segundos de su vida, toca embelesarle. Una falta de ortografía y estás muerto. Ha de ser entendida como si uno dispusiera de un periódico cada día desde el cual dirigirse al mundo, por lo que la redacción ha de ser lo más profesional posible.

Una vez que estemos orgullosos de aquello que queremos enseñar al mundo, debemos hacer que el cliente final nos encuentre, debemos posicionarnos. Trabajar las técnicas SEO y SEM están a la orden del día, y descuidarlas es cometer un grave error estratégico. Podemos tener plena confianza en ser los mejores de nuestro sector, pero necesitamos hacer saber a los demás que estamos ahí y tomar ventaja sobre nuestra más próxima competencia. Si, por ejemplo, eres una clínica dental ubicada en Murcia, habrá que hacer un trabajo en la sombra que permita al usuario encontrarte lo más arriba posible de su búsqueda de Google, que muy seguramente haya sido parecida a ‘clínica dental Murcia’ o ‘dentista Murcia’.

Esta apuesta por aparecer en lo más alto de las búsquedas más evidentes de nuestro sector siempre se puede llevar más allá. Las campañas de AdWords nos garantizarán estar por encima de los demás, aunque hemos de tener en cuenta que saldremos marcados como un anuncio y que cada ‘clic’ del usuario en nuestro anuncio tendrá un coste para nosotros. Eso sí, habremos garantizado que es el perfil de cliente final al que nos dirigimos porque hemos sido la elección de su propia búsqueda y porque antes habremos, además, pasado por un proceso de segmentación.

Y, cómo no, donde hay que estar es en las redes sociales. Pero no de cualquier manera. Confiándoselas a una agencia profesional no solo te aseguras constancia, también un cuidado lenguaje de marca. Tan importante es comunicar como saber hacerlo, hablar el mismo ‘idioma’ del público al que te diriges. Dependiendo de tu producto o servicio, este variará, y con él, todo lo demás: frecuencia de actualización, segmentación de publicaciones, horas en la que alcanzar mayor audiencia, etc. Y, muy importante, saber diferenciar desde qué altavoz estás propagando tu mensaje: cada red social tiene su naturaleza y, del mismo modo en que habrá unas en las que te convenga estar más presente que en otras, también habrá ocasiones en que deberás saber qué publicar en cada una, qué no, por qué o en qué momento del día y la semana. Ah, y no lo olvides: la dejadez se paga. Para conocer un poco más a una empresa está a la orden del día ‘cotillear’ sus redes sociales, y da muy mala imagen descubrir que la publicación más reciente es de tiempo ha y que esta y las que le preceden dan la sensación de haberle sido dedicados no más de cinco minutos.

Cubierto el grueso del trabajo, nunca está de más cuidar los detalles que te diferencien, ese valor añadido que solo puedas tener tú. Has de pensar que, establecida tu línea comunicativa, no tienes por qué comunicar tus ideas o aquello que te interesa de la misma manera. ¿Qué tal hacerlo con píldoras de diseño gráfico que enriquezcan esta comunicación? El diseño gráfico, además, tiene la bondad de que te puede llevar tan lejos como tú desees: imagen en redes sociales, cartelería, logo corporativo -que nunca viene mal modernizarlo de vez en cuando-, etc. Un constante trabajo de branding que hace crear una imagen que rápidamente quede asociada a la marca de tu empresa.

Todo parece bajo control pasados estos cinco pilares, pero, ¿por qué no ponernos un momento en el lugar del cliente? Si tenemos que recordar aquellas experiencias en que hemos sido cliente y una marca nos ha sorprendido, enganchado o hecho sentir una conexión más ‘humana’, ¿no hubo siempre algo más que lo que estábamos buscando? El blog corporativo puede ser uno de esos motivos que hagan que el usuario te vea algo más que como el proveedor del bien o servicio que andaba buscando. Esto no es sino una sección más de nuestra web en la que podemos desarrollar asuntos de interés relacionados con nuestra naturaleza o actividad empresarial que, sin siquiera tener la necesidad de ser algo que queremos vender, entra dentro de los parámetros de divertimento, curiosidad o inquietud que puede sentir el usuario del perfil que se asocia más a nuestro cliente tipo.

Por último, para terminar el encofrado de nuestra comunicación, a considerar, cómo no, el e-mail marketing. Con las redes sociales no tiene por qué bastar, y si quieres asegurarte un impacto más directo en tu audiencia, contar con una lista de correos para difundir aquello que ofreces en la bandeja de entrada del correo electrónico es también una posibilidad. Eso sí, cuidado con no caer en ser demasiado agresivo y en que la imagen que proyectes ande en consonancia con el resto de tu comunicación.

¡Ah! Y, si te sientes con la confianza necesaria para emprender la aventura de comunicación y marketing online por tus propios medios, también podemos echarte un cable ahí. Que te sientas motivado/a es lo más importante para nosotros, por eso algo a plantearte es la formación personalizada para aquellas empresas, organizaciones o personalidades más aventureras. Esto último no está en el paquete básico que ofrecen todas las agencias, aunque sí la nuestra.

Por último, nunca dejes de lado el poder de los medios de comunicación tradicionales o la fuerza de un gran evento, en ambos campos, también somos expertos.

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