Con la experiencia adquirida tras la aparición de las redes sociales hemos aprendido que son un universo paralelo a lo que transcurre diariamente en la calle. Si bien, no hay que descuidar lo que pasa en la vida real, también hay que tener en cuenta que éste y el mundo virtual no discurren al mismo ritmo. 

Mientras en agosto el mundo descansa, las redes siguen su camino. 

La comunicación corporativa y empresarial vive inmersa en una paradoja durante los meses estivales. En esta época algunas empresas dejan en stand by su comunicación corporativa. Mientras tanto, los usuarios disfrutan de mayor tiempo libre y utilizan los dispositivos móviles con mayor frecuencia que durante el resto del año donde tienen más obligaciones que atender.

En España, casi 27 millones de personas son usuarios de redes sociales, estando una media de 81 minutos delante de la pantalla según el informe anual publicado por IAB Spain sobre redes sociales.

Además, en vacaciones multiplican sus interacciones y publicaciones mostrando a todos sus seguidores dónde han ido de viaje, recomendando la serie que les ha enamorado o enseñando el comienzo de una vida más saludable.  Al final, todo lo que pasa en vacaciones acaba en las redes.

Las empresas deben seguir comunicando 

Las empresas que se toman en serio su presencia en estas plataformas sacan un enorme rédito de ello. Alimentar de contenido de valor a su comunidad durante las vacaciones de verano incrementa de forma notable las interacciones con los potenciales clientes.

Hay que ser fiel a la filosofía del ‘No Days Off’ y mantenerse siempre alerta ante los inputs que genere la actualidad informativa por si pudiera ser de utilidad para impulsar la imagen de marca. 

Alguna de las acciones que se pueden llevar a cabo durante el verano es potenciar el blog, entre otras acciones. De esta forma, aumentará el tráfico de visitas a la web corporativa y elevará el posicionamiento dentro de los principales buscadores.

Aprovechando que el ritmo de trabajo es menor por estas fechas, conviene dedicar el tiempo necesario a las cuestiones que por la celeridad del día a día acaban posponiéndose. El verano es el espacio oportuno hacer un lavado de cara de la imagen de marca con acciones como renovar la web corporativa o actualizar el logotipo de la empresa.

Dar en el clavo con el contenido 

No hay que comunicar por comunicar. De nada sirven mensajes programados o demasiado generalistas, una táctica habitual en estas semanas de parón. Lo importante es descubrir qué quieren los clientes de nuestra marca durante este tiempo y proporcionarles información relevante acorde con sus necesidades. 

Los negocios físicos, pueden permitirse bajar la persiana para descansar durante un par de semanas, pero en las redes no, los clientes siguen ahí con las mismas inquietudes que cualquier día del año y hay que garantizarles desde el plano comunicativo las soluciones que necesiten.

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